Las 4 ventajas principales de las bombillas LED

Seguramente, si cuentas todavía con bombillas incandescentes, ya te hayan dicho en alguna ocasión eso de “deberías cambiarlas rápidamente por unas bombillas LED”. Sin embargo, su mayor precio te echa un poco para atrás y no entiendes el motivo de por qué no decantarte por una bombilla tradicional. Pues bien, en este artículo te mostraremos las cuatro razones principales por las que llevar a cabo el cambio e iluminar tu hogar con luces LED.

1. Disminuirán tu factura de luz hasta un 80%

Es cierto que existen diferencias de precio entre las bombillas incandescentes y las bombillas LED, pues pueden llegar a costar prácticamente el doble. Sin embargo, esa pequeña diferencia (recordemos que se trata de productos de bajo coste) se recupera en el primer mes con el ahorro en el consumo de luz.

Lo que de primeras puede parecer un gasto innecesario, te aseguro que se terminará convirtiendo en una grandísima inversión a largo plazo. La bombilla incandescente consume alrededor de cinco veces más que la bombilla LED, con todo el coste que ello acarrea en la factura de la luz.

¿El motivo? Los diodos que conforman las bombillas LED traducen en luz entre el 80 y el 90% de la energía que consumen. Sin embargo, la realidad es muy diferente con las bombillas tradicionales. Las incandescentes solamente consiguen convertir en iluminación entre el 10 y el 15% de la energía que pasa por ellas. El resto se pierde en forma de calor, incrementando el gasto energético sin obtener ningún beneficio. La disminución en la factura de la luz puede ser de hasta el 80%.

2. Su vida útil es 12 veces mayor

Otro motivo de peso por el que la bombilla LED sigue siendo más rentable económicamente, aunque muchos no lo vean así de primeras, es su vida útil. Mientras que una lámpara LED puede llegar a producir luz entre 20.000 y 25.000 horas de iluminación, una bombilla tradicional solo lo consigue durante 2.000.

Con un simple cálculo matemático llegamos a la conclusión de que una luz LED equivaldría a comprar como mínimo 10 bombillas incandescentes. Ahora sí es rentable, ¿verdad?

3. Actúan a favor del medio ambiente

Además de que duran más tiempo y consumen menos recursos, el 99% de las bombillas LED son reciclables. Llevándolas al depósito adecuado, permitirás que se utilicen en otros procesos de fabricación.

Por otro lado, las lámparas LED no contienen mercurio, como sí las fluorescentes; no generan contaminación por infrarrojos, como sí las tradicionales; y su menor producción de calor ayuda a combatir el calentamiento global.

4. La posibilidad de fundido es inexistente

Las luces LED no tienen filamentos, lo que imposibilita que dejen de funcionar por fundirse. Además, al desprenderse mucho menos calor debido a su mayor eficiencia energética, se evitan sobrecargas en el sistema eléctrico.

Además, la probabilidad de que una luz LED se estropee es bajísima. Para ello, deberían apagarse todos los diodos por individual, algo que es prácticamente imposible que ocurra antes de que finalice su vida útil. En caso de que ocurriese en alguno, sería prácticamente imperceptible, pues los otros no dejarían de funcionar por ello.

Si te hemos convencido para cambiar tus bombillas tradicionales por las LED, no dudes en echar un vistazo a nuestro catálogo y obtener así la mayor calidad. ¡Tienes un montón para elegir y estoy seguro de que encontrarás la que mejor se adapte a tus necesidades!

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